martes, 21 de agosto de 2012

Whatever People Say I Am, That's What I'm Not (2006) - Arctic Monkeys





Mejor tema: I Bet You Look Good On The Dancefloor o Perhaps Vampires Is A Bit Strong But...

Tracklist
1. The View From the Afternoon
2. I Bet You Look Good on the Dancefloor
3. Fake Tales of San Francisco
4. Dancing Shoes
5. You Probably Couldn't See for the Lights but You Were Staring Straight At Me
6. Still Take You Home
7. Riot Van
8. Red Light Indicates Doors Are Secured
9. Mardy Bum
10. Perhaps Vampires Is a Bit Strong But..
11. When the Sun Goes Down
12. From the Ritz to the Rubble
13. A Certain Romance


 Me llegó el momento de hablar de los Arctic Monkeys. Este disco, su debut, salió en 2006, y fue una explosión total. En esa época, había millones de jóvenes sedientos de rock -tan sólo eso-. El garage rock había tenido un cierto resurgimiento a principios de década, con bandas como los White Stripes o los Strokes, pero luego estas bandas habían decaído y habían dejado a todos estos adolescentes sin nada qué escuchar más que grupos de pop-punk como Green Day o Blink 182, si es que no querían irse a terrenos más progresivos. 
 Entonces de la nada salieron estos cuatro pendejos con las únicas intenciones de rockear y tocar su música, y de la noche a la mañana tuvieron miles de fans y recibieron lisonjeos desmedidos por parte de la crítica, convirtiendo este debut en uno de los más vendidos de toda la historia. Tal vez fueron tocados por una varita mágica, ya que quizás había miles de bandas under con las mismas ganas de rockear y la misma convicción, pero creo que los Arctic Monkeys tenían algo que los distinguía. 
 Porque, al fin y al cabo, este debut no es nada nuevo. El estilo es ciertamente poco original: es tan sólo un homenaje al garage rock, con riffs furiosos, vocalización monocorde, guitarras distorsionadas por doquier y un sonido sucio y juvenil. Podrá parecer una fórmula simple: los instrumentos básicos, rockers acelerados con actitud indie, y tenemos un éxito garantizado. Quizás alguien piense así viendo sus primeras presentaciones en vivo: la banda tocando todo igual, todo rápido, indiferentes y concentrados, con Alex taladrando las letras en una campera con capucha. 
 Pero la verdad es que son unos chicos muy talentosos. Quiero decir, los tipos rockean verdaderamente, con convicción, con fuerza, con alma, proporcionando una música desprejuiciada y muy divertida. Algunos tal vez digan que esto no es nada nuevo, pero no importa: los Monkeys lo adaptan y consiguen que siga resultando aún en el nuevo milenio. Es que tocan realmente bien, y hacen lo que tienen que hacer. Enfocados en su música, no se pierden en divagaciones: canciones de dos o tres minutos, con riffs directos, melodías pegadizas y barridos de distorsión. 
 Además, tienen un estilo muy reconocible, insolente y rockero, mezcla de ska y rock pesado con melodías pop. Porque es cierto que los Arctic Monkeys rockean, pero también es cierto que sus canciones son verdaderamente buenas, con buenas melodías que garantizan pura diversión pop si uno se lo propone. El mismo estilo se repite uniformemente a lo largo del disco, pero eso no lo hace monótono, porque cuando un disco trata de rockear así, es mejor no dar treguas. No obstante, la banda se da tiempo para un par de temas pop y otro par de baladas más tranquilitas, que aplacan definitivamente la monotonía. 
 El baterista, Matt Holders, es realmente fenomenal, y toca como un desquiciado, despedazando a la batería y llevándola al límite de brutalidad. El bajista, Andy Nicholson, es bueno también, y el guitarrista Jamie Cook, si bien no es la graaaan cosa, toca realmente bien, logrando riffs sencillos y a la vez pegadores y con algunos solos de gran calidad, sin contar los típicos ataques distorsionados que aparecen en casi todos los temas. 
 Pero el que se roba todos los flashes es Alex Turner, el vocalista, quien quizás es el tipo más cool de todo el planeta. No hay otra palabra para describirlo: su apariencia es cool, sus letras son cool, su voz es cool y su acento es cool (Actualización a 2016: hoy en día se está esforzando tanto por parecer aún más cool, que dejó de ser cool). En realidad no canta, sino que habla, en un tono monocorde, descarado y acelerado, metiendo diez mil palabras por estrofa sin que uno sepa cómo hizo para que quepan todas. Realmente no me imagino este disco cantado por otra persona más que por la sucia y perfecta voz de Alex. 
 Todo en conjunto conforman una banda muy ajustada, enfocada en lo que tiene que hacer. Así, el disco se configura como una gran experiencia que sacia todas las ansias de rock de la audiencia, con un plus de jovialidad brillante. Es uno de los discos más adolescentes que escuché, con un aire juvenil presente a lo largo de todo el disco. Ya en el disco siguiente madurarían y perderían algo de esta frescura, por lo que este álbum es el único vestigio de esos Arctics descarados y pendejos de los que vengo hablando. Eso sí, hay veces que se pasan con la distorsión, algo típico en este tipo de bandas, pero en fin, es sólo un detalle. Seguramente Whatever People Say I Am, That's What I'm Not te ofrecerá un gran momento de diversión despreocupada, esos momentos donde todo te chupa un huevo y querés quemarte la cabeza con guitarras y guitarras y más guitarras. Es realmente un álbum para escuchar en vivo y hacer pogo en todos los temas. 
 Vamos a las canciones. El disco empieza con un riff mastodóntico y una batería brutal, con la distorsión presente desde el segundo cero del disco. Se trata de The View Of The Afternoon, que es en esencia una pieza pop, pero la banda se las ingenia para hacernos creer que se trata de algo mucho más rockero. La melodía saltarina, los brillantes riffs de guitarra, los intervalos potentísimos de distorsión, la manera en que la guitarra acompaña en las estrofas, el truco de sumar la batería más tarde y el bajo aún más tarde, el estribillo tan, pero tan pegadizo, el falso final tan genial, en el cual vuelven a repetir el truco de ir agregando todos los instrumentos de a poco, la letra nocturna, todo configura una perfecta introducción al disco. 
 Luego llega uno de los mejores temas, el hit I Bet You Look Good On The Dancefloor. Siempre pensé que estos temas son muy bailables. Fíjense esa línea de guitarra tan brillante que aparece al segundo 20. ¿No se les mueve la cabeza por su propia cuenta? El tema en sí es perfecto, ya que combina unas estrofas alegres y una melodía genial con un estribillo devastador en el que la batería y las guitarras atropellan todo de manera furiosa, sin olvidar la maravillosa performance de Alex (And your shoulders are frozen...). La letra habla nuevamente de un romance de boliche, en el que "encender la mecha" puede llevar a una "explosión".
 Completando este trío llega Fake Tales Of San Francisco, una canción algo más sosegada, con un riff excelente de guitarra, una brillante interacción entre los instrumentos y un estribillo memorable. Luego de un fraseo genial de Alex (Yeah but his bird thinks it's amazing, though / So all that's left / Is the proof that love's not only blind but deaf) llega el consabido ataque de distorsión, y todo concluye en un final apoteósico con la banda gritando a más no poder. La letra esta vez habla de los típicos bares nocturnos con bandas de rock cool con "sombreros y copas de vino blanco".
 Después viene Dancing Shoes, un tema más promedio. El comienzo, con ese bajo saltarín, puede sonar algo chabacano, pero luego la guitarra lo repite en las estrofas y no se puede no bailarlo, sin contar el buen solo de guitarra y esa sensacional frase de Alex, con ese acento de Sheffield tan sensual: "Get on your dancingggg shoooes / You sexy little swiiine". ¿Se puede ser más cool? Creo que me enamoré. 
 You Probably Couldn't See For The Lights But You Were Staring Straight At Me (qué manía con esto de los títulos) es una pieza pop de mero relleno, que no obstante cuenta con un gran riff y una muy buena actuación de la guitarra, que aparece y desaparece en destellos a lo largo del tema. 
 A continuación tenemos una pieza definitivamente hard con Still Take You Home, que tiene un riff demencial y salvaje de guitarra, una actuación descomunal de Alex, que sinceramente la descose en el micrófono, un estribillo directo y extremadamente furioso, y una parte media en donde todo parece tranquilizarse con unos coros casi paródicos, hasta que reaparece el riff principal y nos arroja a los abismos del rock más potente. La letra es muy buena, hablando de un viejo amor al que Alex odia pero a la vez no puede olvidar, con una frase perfecta como "No puedo ver a través de tu autobronceante".
 En el medio del disco tenemos a Riot Van, la única canción tranquila y casi acústica del disco. Se trata realmente de un muy buen tema, con una voz lamentosa y depresiva de Alex, una melodía también melancólica y un solo simplísimo y muy efectivo de guitarra. La letra es muy típica, de rebeldía juvenil, con unos adolescentes que se enfrentan a la policía. 
 Red Light Indicates Doors Are Secured abre con un riff muy amigable, y se desliza por una letra nuevamente nocturna, una melodía pop bastante buena, un solo distorsionado y rockero de guitarra y un final con Alex escupiendo el título de la canción que es imposible no cantar.
 Después tenemos la pieza más pop del álbum, llamada Mardy Bum, que es casi un trailer de Fluorescent Adolescent. Es una canción genial, con un riff brillante, una melodía preciosa y un estribillo realmente genial. El barrido de distorsión esta vez me parece algo fuera de lugar, pero luego llega un solo fantástico de guitarra para redimir todo. Ah, y préstenle atención al redoble de batería de Matt en el minuto 1:13. ¡Lo amo!
 Después tenemos otro de los mejores temas del disco. Se trata de Perhaps Vampires Is A Bit Strong But..., un rock muy garage, voraz y apocalíptico, con Alex cantando casi desde un megáfono, escupiendo y maldiciendo con una rabia salvaje, la guitarra más furiosa que nunca y el estribillo asesino con ese duelo entre Alex y la batería en el que no sé a cuál temerle más. Pero lo mejor viene pasados los dos minutos: de pronto todo se calla y tansólo queda Matt, en un ritmo demencial y frenético de bongoés al que se le van agregando el bajo subrepticio y filoso de Andy con una distorsión macabra en la guitarra de Cook. Parece que todo termina, pero se escucha un grito salvaje desde bien atrás que anuncia "Cause all you people are vampires!!!", y nos vemos nuevamente en un torbellino rockero con el mejor solo de guitarra de todo el disco. Un temazo, sin dudas. La letra también es sensacional, ya que Alex se cansa de todas las historias de boliche y hace toda una diatriba en contra de alguien. No sabemos bien a quién está dedicada, pero se nota que Alex está realmente furioso y no se cansa de dar palos, insultar y hasta humillar a estos "vampiros cuyas historias son todas robadas".
 Para calmarnos un poquito llega When The Sun Goes Down, una apacible balada pastoral con una linda guitarrita que...¡esperen! ¿Qué pasó? De pronto Alex exclama "I said he's a scumbag don't you know", y aparecen unos trallazos distorsionados que anteceden a un riff furioso de guitarra. La voz de Alex cambió, y ahora nos grita furiosamente que estamos "tratando de no escucharlo" mientras nos vemos arrastrados por una melodía arrolladora y un estribillo que destruye todas las paredes de nuestra pieza, hasta que al final todo se vuelve a calmar y termina como había empezado. La letra (creo) que habla de prostitución, aunque es bastante ambigua.
 Ya llegando al final, nos vemos honrados con la presencia de From The Ritz To The Rubble, una canción sucia y desaliñada con una voz de Alex más hablada que nunca y un estribillo nuevamente demoledor en el que las guitarras aparecen en todo su esplendor distorsionado, aunque tal vez al final se haga un toque excesiva.
 Y para terminar tenemos una balada, A Certain Romance. Comienza con una batería marchando obsesivamente y una guitarra igual de distorsionada que siempre, pero cuando parecía que todo iba a estallar, se desvanece en uno de los riffs más dulces y evocadores que haya oído. La canción en sí es una delicia, con una melodía muy hermosa y un estribillo en el que la intensidad crece hasta sacarnos algunas lágrimas. Ya sobre el final, la banda intenta arremeter con un nuevo ataque de distorsión, que a mi gusto está desubicado y termina extendiendo innecesariamente una hermosa canción. De todas formas sigue siendo un final brillante. Además, la letra es una de las mejores del disco, con Alex riéndose de una subtribu urbana inglesa, los "chavs", a los cuales puedo ver que todo el mundo odia. Así, se burla de sus zapatillas Converse, de su manía de seguir la moda, de su frivolidad musical (sólo se interesan por los ringtones) y dice que sus mentes están completamente cerradas. No obstante, también les da lástima en cierto modo, ya que dice que tiene amigos metidos ahí, y no puede enojarse de la misma manera.
Así termina este gran disco. Lo recomiendo para cuando quieras volver a sentirte joven, y liberarte de las ataduras que a veces impone el "buen gusto". 


sábado, 18 de agosto de 2012

Color Humano II (1974) - Color Humano


Puntuación: 9-

Mejor tema: Humanoides

Tracklist
01. Sangre de sol
02. La tierra del gitano
03. Pascual tal cual
04. Humanoides
05. Va a salir un lugar
06. Un blues para Adelina


  Si somos detallistas, la música de Color humano no sufre un cambio demasiado grande. En realidad, esta transformación es sustancial. Pero ¿no son acaso esos cambios pequeños pero importantes los que terminan por transformar la estructura final de una obra? Yo creo que sí.
  Este cambio en el grupo se da, más o menos, por dos factores: una búsqueda de una música más compleja y desarrollada, y un cambio en la formación del grupo. Rafanelli y Molinari siguen firmes como bajista y guitarrista, pero David Lebón, que era el anterior baterista del grupo, se retira para formar parte de Pescado Rabioso. Oscar Moro lo termina remplazando, y para bien. ¡Dios, que baterías se escuchan en este disco! Si algo le hacía falta a la potencia que ya tenía Color humano, era una batería zeppeliana, de esas que revientan los redoblantes y de esas que Moro sabe tocar a la perfección.
 Para los que quieren saber cuál es el estilo de Color humano, les puedo decir que es una mezcla del blues de Hendrix con el rock psicodélico antiguo y un poco de rock progresivo, todo procesado por las mentes del trío (sobre todo la de Edelmiro, el principal compositor del grupo).

  ¿Vieron que les dije? El disco empieza con Sangre de sol, y con esas percusiones y esos riffs ya nos empieza a encantar. Mientras todo el grupo toca un sólido acompañamiento, Edelmiro canta una melodía lenta y arrastrada. El cambio de matiz que tiene cerca del medio es uno de esos condimentos que hacen a los temas mejores.
  El suave blues La tierra del gitano, con esos platillos livianos, el punteo de Edelmiro y las melodías extrañas pero hermosas, es definitivamente un highlight. El solo tranquilo del medio es muy bueno, y la última parte en que se levanta poderosamente todo el grupo termina de determinar este tema como destacado.
  Pascual tal cual es sencillamente brillante. Está cargado de riffs increíbles, junto con una batería impecable y una melodía con un excelente y peculiar estilo. El solo también es enviciante, y se escucha encima del gran ostinato que se repite a través de la canción. Como casi toda obra realmente elaborada, este tema tiene un intermedio lento con nuevas estrofas cantadas a las que les sigue un riff impresionante.
  Humanoides es muy probablemente uno de los mejores temas del disco. Al principio, empieza con una melodía alienígena o fantasmal, que parece sacada de esos programas televisivos en donde lo único que hacen es enfocar distintas partes de una casa con vista nocturna así parece que realmente algo raro pasa. Cuando termina la primera parte, viene uno de los mejores solos que escuche de Color humano, con una guitarra lisérgica y agonizante que a veces me hacer acordar a las épocas psicodélicas del rock. Después de eso, el tema cambia mucho y se escuchan riffs y punteos en donde el grupo luce su nivel de interpretación. Excelente.
  El tema más largo viene después. Se trata de Va a salir un lugar, que si bien tiene melodías muy buenas y partes instrumentales excelentes, se termina haciendo aburrido. Sobre todo cuando se escucha ese largo y repetitivo punteo de bajo. Después de este extenso intermedio de Rafanelli, el tema se pone más entretenido gracias al perfecto acompañamiento de Moro, que se luce como nadie improvisando sin parar. Como para cerrar el tema, se repite la estrofa del principio y se escucha Un blues para Adelina, el único blues (valga la redundancia) puro del disco. Se escucha esa guitarra sentimental, aquel bajo bohemio típico del estilo y esas melodías urbanas y calmas. Aquí, Color humano nos muestra que además de poder hacer ese blues lleno de complejidades y volteretas, conoce las raíces de su música.

  Las letras de Color humano II son más o menos iguales a la del disco debut del grupo. Si bien se observa una maduración, hay que esperar a Color humano III para hablar de un cambio poético bastante grande.

       

martes, 10 de julio de 2012

Almendra II (1970) - Almendra


Puntuación: 8

Mejor tema: Para ir

Tracklist:
01. Toma el tren hacia el sur
02. Jingle
03. No tengo idea
04. Camino difícil
05. Rutas argentinas
06. Vete de mí, cuervo negro
07. Aire de amor
08. Mestizo
09. Agnus dei
10. Para ir
11. Parvas
12. Cometa azul
13. Florecen los nardos
14. Carmen
15. Obertura
16. Amor de aire
17. Verde llano
18. Leves instrucciones
19. Los elefantes
20. Un pájaro te sostiene
21. En las cúpulas



Para el segundo y último disco de la agrupación, el sonido cambia completamente. Pareciera que Spinetta había logrado una especie de revolución en el rock nacional con su primer disco, y viendo que ya este objetivo estaba cumplido, se planteó otros totalmente distintos para este segundo álbum. 
Almendra fue casi una explosión furtiva que apareció de la nada y luego se disolvió con la misma rapidez. Con el primer disco parecía que la banda tenía mucho más para dar, y sin embargo se dieron ciertos problemas que impidieron que este grupo se desarrolle seriamente. En primer lugar, al Flaco se le ocurrió el proyecto de hacer una ambiciosa ópera rock que luego terminaron abortando. Entonces terminaron haciendo este disco doble repleto de canciones en el que pareciera que Spinetta se desliga un poco del asunto. Me da la impresión de que pensó : "bueno, la revolución ya está hecha, ahora voy a hacer algo más común y a divertirme". Esto también provocó una apertura en la escritura de los temas, ya que tanto Emilio del Güercio y Edelmiro Molinari aprovecharon para componer sus primeras canciones y terminaron escribiendo casi la mitad del disco. En consecuencia, es un disco sin pretensiones, donde se nota a la banda muy liberada y haciendo lo que se le venía a la cabeza. 
El sonido del grupo cambia también abruptamente. El primer disco de Almendra era una especie de pop-rock refinado y elegante, surrealista y con influencias jazzeras. Pues bien, si uno escucha este segundo volumen prácticamente no podría reconocer a la misma banda del álbum anterior. El estilo predominante aquí es el blues-rock, algo completamente en las antípodas. Hay por ahí un par de temas bastante progresivos, largas improvisaciones y cancioncitas acústicas, pero básicamente es un disco de blues-rock, con riffs filosos, guitarras duras y solos extensos. Por cierto, uno de los puntos bajos del disco, en mi opinión, es el hecho de que muchas canciones poseen grandes riffs, pero luego no consiguen desarrollarlos bien o los repiten hasta el cansancio, sin terminar de conformar una gran canción. Spinetta se nota influenciado por la aparición de Led Zeppelin, y esto se vería profundizado en Spinettalandia y sus Amigos y más tarde también en Pescado Rabioso
Es obvio que Almendra 2 no es ni la mitad de bueno que Almendra. Si bien es cierto que continuar ese nivel era muy difícil, es verdad que la banda retrocede en un año de hacer una obra maestra a hacer un buen disco y poco más. De todos modos, creo que no es para nada criticable. Un año atrás, era necesario un disco cuasi perfecto como Almendra, que amplíe las fronteras del rock en castellano. Luego de eso, es lógico que la banda decida relajarse. El hecho de que Emilio y Edelmiro contribuyan en gran cantidad en la realización del álbum, sumado a la duración del disco y, por lo tanto, a la cantidad de relleno que hay en él, todo esto hace que sea obvia una curva descendente en el nivel del grupo. 
Pero dejando de lado las comparaciones, sigue siendo un buen disco. El estilo es algo monótono, y además hay mucho relleno, pero contrastando con eso tenemos algunas joyas realmente memorables, y como no hay ninguna canción realmente mala, puede alcanzar un 8 sin problemas. 
Vamos a los temas. El disco tiene un gran comienzo con Toma El Tren Hacia El Sur, una canción algo extraña que comienza con una percusión algo indígena que acompaña la divertida letra del Flaco, y que además cuenta con un gran estribillo. No obstante, lo mejor es la extensa sección rockera del final, con un solo antológico y brillante de guitarra. La letra expresa el típico ideal de los hippies argentinos de la época, que creían en la Patagonia como un paraíso donde poder vivir todos juntos y en paz.
Luego tenemos uno de los muchos temas cortos que pueblan el álbum. En este caso se trata de Jingle, una especie de balada con una melodía tierna e inocente. Lindo.
A continuación llega No Tengo Idea, un ejemplo de lo que decía en la introducción, ya que tiene un riff rápido realmente genial pero no logra seducirme como canción, porque dura muy poco y además no me termina de convencer la manera de cantar de Edelmiro. De todas maneras es un tema disfrutable, con una destacada sección de bajo en el medio y una letra bastante extraña. 
Camino Difícil es otra de esas baladitas cortas, sólo que esta vez la melodía realmente tiene un aura de nostalgia y misterio que logra emocionarme, por lo que se gana el puesto de highlight.
Después viene la canción más conocida del disco, Rutas Argentinas, un verdadero himno del hippismo y los jóvenes mochileros de la época. Se trata de un típico blues-rock muy pegadizo, con una gran melodía y un solo sensacional de guitarra.
Vete De Mí, Cuervo Negro, es una canción acústica muy corta en la que Spinetta exorciza sus males a través de una melodía bohemia, una letra genial. y unos acordes desaliñados de guitarra. 
Aire De Amor es otro típico rocker del disco, con un buen riff y no mucho más que eso. Lo que más disfruto del tema es cómo se desvanece la guitarra eléctrica del final.
Bajo el mismo estilo que el tema anterior tenemos a Mestizo, un rock algo lento que esta vez posee un estribillo genial, una gran letra y un medido solo de guitarra.
Para contrarrestar todos estos temas cortos tenemos un verdadero mastodonte de 14 minutos llamado Agnus Dei. La canción en sí dura apenas un minuto y pico, y le alcanza para ser sensacional. Ya el comienzo de "Ana lloró / Gustavo se fue al suelo" indica grandiosidad, y luego aparece una masa preciosa de clavicordios que nos hacen prorrumpir en lágrimas. Nótese también la apocalíptica marcha de la batería de fondo. Esta primera parte era perfecta con tan sólo un minuto de duración, y la segunda parte del tema consiste en trece minutos ininterrumpidos de improvisación bien rockera, con una batería desbocada, un bajo obsesivo que martilla y martilla notas y algunos solos memorables de guitarra. El nivel instrumental es excelente, pero la duración desmedida hacen que generalmente me aburra un poco escuchándolo. Esto hace que la canción pierda algo de peso, pero no deja de ser un jam ajustadísimo que merece todos los elogios del mundo. 
Terminando el primer disco tenemos la mejor canción del disco, y una de las más hermosas jamás compuestas por Spinetta. Alejándose de todo el blues-rock del disco, el Flaco nos entrega una pieza bellísima y maravillosamente emotiva llamadaPara Ir. Se trata de una balada mínima, casi sin percusión, con apenas una guitarra tirando algunas notas, y que aún así logra insertarnos en una atmósfera espiritual, romántica, etérea y volátil. Spinetta canta de manera preciosa una melodía ídem, tan elegante que asusta, y termina de redondear una canción perfecta. Una de esas canciones que tienen el poder de detener el tiempo, que mientras uno las escucha pierde toda noción de lo exterior y vive un verdadero mantra emocional del que no puede salir hasta que termina. La letra también es hermosa, con una referencia a Muchacha en ese "Quiero que sepan hoy qué color es
el que robé cuando dormías
", e imágenes brillantes por doquier (¡cómo amo ese "Descálzate en el aire"!). Una manifestación sublime de puro amor. 
El disco dos empieza con una durísima canción llamada Parvas, que posee un riff zeppeliano, furioso y brillante, algunas secciones ensoñadoras y silenciosas por el medio que luego son cortadas por quiebres filosos de guitarra eléctrica, y una voz bastante aguda y atípica para un rock así. Muy buen tema.
Cometa Azul es una canción no muy destacable, con un buen riff y un ritmo algo funkie que se extiende demasiado para mi gusto.
Luego llega Florecen Los Nardos, una especie de híbrido entre balada y rocker. En rigor es una balada, ya que comienza con unas líneas evocadoras y orgánicas de guitarra, y termina con Spinetta cantando una melodía triste acompañado por la misma melancólica guitarra, sólo que en el medio se produce un marcado quiebre rockero en el que se repite el mismo riff durante 4 minutos. Es un muy buen riff, pero se hace muy cansador con el tiempo, por lo que esta sección no se me antoja muy disfrutable. 
Luego tenemos un pequeño segmento acústico que comienza con Carmen, una simple balada acústica con algunos aires campestres.
Después tenemos Obertura, un instrumental inspirado en Overture, de los Who, que es la única pieza que sobrevivió al fallido intento de ópera rock de Almendra. No me atrae mucho, ya que me recuerda al soundtrack barato de alguna vieja película clase B, pero es un intento disfrutable. Por cierto, es verdaderamente extraño que un tema llamado Obertura se encuentre ubicado en el número 5 del segundo disco, ¿no?
Terminando este segmento tenemos un típico blues acústico como Amor De Aire, bien pantanoso y arrabalero, con una letra sencilla acerca de una mujer del campo que se va a vivir a la ciudad y se enamora. Uno se puede imaginar fácilmente a los granjeros de Missouri cantando esto al borde del río Mississipi. 
Luego viene una verdadera incongruencia como Verde Llano, un extraño tema muy cortito que comienza como una simple viñeta cómica con silbidos y una melodía pegadiza que parece sacada de algún dibujito, y luego se transforma en la misma melodía pero tocada aceleradamente y con guitarra, que mi hermana definió como "del lejano oeste" (tiene 9 años, aclaro). En fin, me encanta esta cancioncita, tan alegre y rimbombante, despreocupada como ninguna.
Leves Instrucciones es otra canción corta, pero esta vez se trata de una solemne balada de piano acompañada de una triste melodía y una letra extremadamente surrealista. 
El último intento largo del disco se titula Los Elefantes. Se trata de una canción algo extraña, una especie de balada progresiva que tiene líneas brillantes de guitarra por doquier y una melodía genial y adormecida que se acelera majestuosamente en el estribillo. Realmente amo esos gemidos que tira la guitarra por todos lados, tan psicodélicos y a la vez apacibles, tan nostálgicos. Un temazo por donde se lo mire.
El disco va cerrando con otro rocker como Un Pájaro Te Sostiene, que comienza con un riff sensacional y en el medio muta inesperadamente a una balada infinitamente triste de piano. ¡Por dios! ¡Esa frase! "Cada vez que tú no estás / La música parece que muriera un poco más". Es majestuoso. Luego regresa el riff y todo termina tan rockero como había comenzado. 
El último tema del álbum se llama En Las Cúpulas, y es realmente innecesario. Es una canción muy difícil de encasillar, sigue el estilo que se notó en todo el disco, algo de blues-rock mezclado con melodías surrealistas, solo que esta vez no hay realmente nada interesante en la sección instrumental ni en la canción en sí. Bastante aburrido para cerrar el álbum.
Y así termina este disco. No es un gran disco, pero con los buenos temas que tiene le alcanza para un merecido 8-.



viernes, 29 de junio de 2012

Introducción a Radiohead



Mis admiradores me pidieron que reseñe otra banda, así que decidí empezar por esta bandita inglesa. "Ah, los depresivos!" -dirán algunos- "los de Creep!". Sí, los de Creep. Encasillar a una banda por su tema más famoso es un pecado que generalmente comete la gente que dice "escuchar de todo" y en realidad escuchan lo que salga en los 40 mejores videos de MTV. Pero también hay mucha gente que realmente sabe de música, que también minimizan a Radiohead. "Son snobs"-dicen-"sus canciones no me emocionan en absoluto". Por el contrario, los fans de Radioheadson de lo más insoportable que hay. "Radiohead es sólo para entendidos"-afirman-"La gente no entiende lo que significa Radiohead". 
Yo odio los prejuicios, así que diré lo que yo pienso: Radiohead es la mejor banda de la actualidad, y definitivamente de las grandes bandas de la historia. No creo haber escuchado todas las bandas actuales, pero de lo que conozco, es lo mejor. Algunos dirán Arcade Fire, otros dirán Arctic Monkeys, pero yo no lo dudo: ninguno de los grupos que podrían competirles se mantuvieron tanto tiempo en un nivel tan alto. Ciertamente la época dorada de Radiohead fue entre 1995 y 2000, pero no por eso dejaron de ser los mejores, y sus últimos lanzamientos siempre fueron de lo bueno a lo excelente. 
Tienen muchos puntos a favor: si bien empezaron como una mediocre banda de rock alternativo, pronto evolucionaron a terrenos más experimentales, coquetearon con la electrónica, fusionaron los dos paradigmas, luego probaron que también podían hacer música hermosa, y actualmente sacaron un disco donde reafirman nuevamente lo electrónico pero también ofrecen canciones más minimalistas. 
Como se ve, son muy variados. Siempre digo que hay tres tipos de bandas: las que se repiten siempre, las que son “variadas por etapas”, y las que son variadas dentro de los mismos discos. En el primer grupo se incluyen millones de grupos, algunos muy buenos y muchos intrascendentes. En el segundo grupo se alista RadioheadKing CrimsonPink Floyd y muchas otras grandes bandas, mientras que el tercero es un selecto grupo integrado solamente por Queen y los Beatles
Pero me fui del tema: la cuestión es que Radiohead es muy variado. Nunca encontrarás un disco de Radiohead que suene igual a otro. Sin embargo, lograron cosechar un estilo muy distintivo.



También son originales. No inventaron nada, pero a esta altura en un rock en el que todo está hecho, tomaron los viejos elementos y los utilizaron para producir música de la más alta calidad pero sin alejarse de la popularidad de las masas, y produciendo además un sonido realmente único. La música de Radiohead se puede definir con la palabra texturas. El sonido de la banda es increíblemente trabajado, inmaculado, y perfectamente arreglado. El sonido general puede variar de disco a disco. Algunas veces será rockero, otras floydiano, otras electrónico, otras etéreo, pero siempre tendrá algo interesante. Es que la música de Radiohead siempre está atravesada por distintos matices. Esa es la palabra clave: matices. No lo puedo definir muy bien, pero lo que puedo decir es que el trabajo en estudio de la banda es increíble en ese sentido. El sonido es siempre seductor: siempre hay algo interesante de escuchar. Ya sea con capas de teclados, con efectos electrónicos, con guitarras superpuestas, con loops, con ritmos esquizofrénicos de batería, con armonías vocales, la cuestión es que siempre habrá elementos nuevos que valen la pena escuchar. En ese sentido, es el polo opuesto a las bandas formulaicas de la actualidad. No, con Radiohead uno nunca sabe de qué manera va a estar arreglada la canción. Sólo sabe que cualquier arreglo será novedoso, original y pensado hasta el más mínimo detalle. No es una banda experimental en el sentido literal de la palabra, pero se las ingeniaron para combinar una búsqueda constante de nuevos recursos sin dejar de lado la composición. ¿El resultado? Una banda que atrae a la masa y, a la vez, es inquieta y busca expandir constantemente las fronteras.

Individuo por individuo, se destaca la figura de Thom Yorke. Thom es un genio, y es el alma de Radiohead. Él hace las letras y compone las canciones (aunque últimamente se nota un espíritu más comunitario). Como compositor, ha logrado hacer las mejores canciones de las últimas dos décadas, que no es poca cosa. No se destaca mucho haciendo rockers (aunque siguen siendo buenos), pero ha experimentado con muchos géneros, y casi todos le salieron bien. Música electrónica, funk, garage rock, baladas floydianas, acústicas y de piano, jazz dixie-land, rap (¡), música atmosférica a la Brian Eno, en fin, una variedad pasmosa. Sus piezas pueden ser tanto personales como reflexivas del mundo que nos rodea, y generalmente poseen una atmósfera única, sean del género que sean, y por si esto fuera poco, también es un gran compositor pop, con algunas melodías brillantes. Toca muy bien el piano (consultar Pyramid Song), pero su punto fuerte es la voz. El falsete de Thom es tan distintivo, que fue copiado por las miles de bandas que salieron luego del éxito de Ok Computer. Canta también muy bien los graves (consultar A Wolf At The Door), pero su estilo más distintivo es a la hora de los agudos, con un falsete celestial (escúchenlo en I Will y mueran tranquilos. 
El resto de la banda acompaña muy bien, con un buen bajista como Colin Greenwood, un guitarrista fenomenal como Jonny Greenwood, que otorga algunos riffs fantásticos y algunos efectos impresionantes (ejem, Just, ejem), un baterista brillante como Phil Selway, que a veces es muy infravalorado pero que puede tocar tanto de forma despiadada como en A Wolf At The Door, épica y etérea como su entrada en Pyramid Song, o puede tocar ritmos imposibles como en Reckoner o 15 Steps, y un Ed O’ Brien que es un buen guitarrista pero se destaca por ser el multi-instrumentista de la banda. 
Todos estos elementos combinados forman un sonido articulado, cohesivo y cuidadosamente producido, con un resultado avasallante. No podría definir exactamente la música de Radiohead, por el eclecticismo antes mencionado, pero se destaca en que siempre hay algo interesante para oír. Se podría decir que lo importante son las texturas: el sonido que los tipos generan, muy atmosférico, hace que cada escucha revele algún detalle nuevo del que no nos habíamos percatado antes. En las canciones de Radiohead pasan cosas todo el tiempo, todo está perfectamente planeado y ejecutado, dando lugar a discos generalmente memorables.
En fin, esta es una BANDAZA, con mayúsculas.