viernes, 30 de marzo de 2012

A saucerful of secrets (1968) - Pink Floyd


Puntuación: 7+

Mejor tema: Set the controls for the heart of the sun

Tracklist
01. Let there be more light
02. Remember a day
03. Set the controls for the heart of the sun
04. A saucerful of secrets
05. See-saw
06. Jugband blues


¿Qué pasó con Pink Floyd? ¿Por qué se dio un cambio tan repentino? Bueno, resulta que el pobre Syd se pasó con el LSD, y se volvió loco. Éste es el último disco en el que participa como miembro de la banda, y la verdad se nota el cambio. Sólo compuso un tema (que es también el único que canta) y su guitarra aparece tan sólo en tres canciones. ¿Quién es el que toma la batuta? Waters. Lo primero que hace el bajista es llamar al guitarrista David Gilmour, quien todavía no se convierte en un miembro tan importante como lo sería mas tarde, pero ya canta y toca la guitarra en varios temas, aunque todavía no patentó su estilo distintivo. 
Ya están todos los elementos para el Pink Floyd clásico, pero su apaición no ocurre de golpe, sino a través de una lenta transición. A Saucerful Of Secrets inaugura un período de tres años y cuatro discos en los que la banda probará por distintos caminos con resultados no tan memorables, hasta hallar por fin su sonido. 
Este es, entonces, el inicio de este periplo. Y de un comienzo no se puede esperar algo brillante. Waters progresó mucho como compositor si tomamos en cuenta su intento anterior con Take Up Thy Stethoscope And Walk, pero todavía le falta madurez. Wright también se anota con dos baladas similares, mientras que Barret se despide con una canción (¿alguien me dice de qué género se trata?) delirante que anticipa su corta carrera solista. El disco, entonces, es irregular, y no alcanza más que un 7. 
Pero no es esa una calificación mala, para nada. Es realmente un disco disfrutable y atrayente, más que nada por el sonido. Luego de la psicodelia chillona, colorida, delirante de The Piper At The Gates Of Dawn, Waters se hace cargo de la banda y la guía por otros caminos totalmente distintos, a través de un sonido oscuro, atmosférico y tétrico. A Saucerful Of Secrets está poblado de largos pasajes instrumentales, sutiles y oscuras atmósferas y emotivos crescendos. 
Es la semilla del Pink Floyd clásico, pero evidentemente le falta maduración. La banda no suena ajustada, los experimentos avant-garde son fallidos y la música no suena tan precisa y perfecta como en los discos de los 70. Si bien el embrión está, definitivamente éste disco y los discos "clásicos" de los 70 no tienen mucho que ver. Es un bajón con respecto a The Piper, pero la banda está comenzando, indecisa, a buscar su camino, y es un error descartar esto como "experimentación fallida". Al contrario, si le pongo un 7, es porque hay bastantes momentos disfrutables.
Pasemos a enumerarlos. El álbum abre con un pasaje instrumental maravilloso, a través de un perfecto riff de bajo al que se le agregan platillos y teclados fantasmagóricos que configuran una atmósfera totalmente genial. Todo concluye en un riff de órgano macabro que da lugar a unos versos cortados y derivan luego en un estribillo con una gran melodía en el que se presenta la voz de Gilmour y una letra con referencias a los Beatles (The memory wentflowing rounds as Lucy in the sky). Es Let There Be More Light, que además cuenta con el primer solo de Dave, que lleva a la canción a su final. Gran tema.
Luego viene la primera composición de Wright, la gran balada Remember A Day, que cuenta con un piano evocador, una melodía bellísima, un intermedio genial repleto de sonidos extraños y una letra nostálgica y preciosa.
A continuación se da paso a Set The Controls For The Heart Of The Sun, el mejor tema del disco. Se basa en un riff totalmente siniestro de bajo, una voz misteriosa de Waters susurrando la melodía, y unos arreglos de teclados brillantemente siniestros. La canción nunca llega a un crescendo, y termina igual de susurrante como había empezado, demostrando así que una performance sutil y misteriosa puede dar muchísimo más miedo que un escandálo ruidoso. Una hipnosis auditiva, monótona, tensa y aterradora. Realmente adoro los coros del perro, y nuevamente me siento triste sabiendo que en este momento debe estar en el cielo acompañando a Martha My Dear y peleándose con Lucifer Sam. Tal vez hagan buena pareja, ¿no lo creen? Y de seguro su cría será bastante rockera. ¿O no serán los padres de The Beatles Barkers? Bueno, basta.
El disco había empezado brillantemente, pero aquí comienza a desbarrancar. Corporal Clegg es un rocker algo extraño, con un gran riff ácido, pero luego se le agregan unas trompetas infantiles y alegres que sorprenden al oyente. Sobre el final, los bronces toman el control de la situación y terminan la canción de manera graciosa. La letra toca por primera vez el tema de los héroes de guerra, un tema que luego obsesionaría a Waters. Es disfrutable, pero no destaca gran cosa.
El verdadero desastre se da con la suite avant-garde A Saucerful Of Secrets, uno de los peores temas grabados por Pink Floyd. Es una suite larguísima de doce minutos basada en cuatro movimientos. El primero se trata de un monótono órgano de iglesia matizado con distintos efectos. Luego llega un solo de batería que realmente no tenía razón de ser, sin ofrecer nada relevante. Luego se da un pequeño reprise del primer movimiento, antes del grand finale, con un crescendo atmosférico basado en el mismo órgano de antes. Globalmente, se trata de una suite que no ofrece nada. Tiene partes que dan miedo, pero en conjunto es nula musicalmente. Las partes de órgano son increíblemente aburridas, el solo de batería es risible y el final intenta ser emotivo, pero no lo logra. En fin, once minutos de la nada misma. Traten de no dormirse.
See-Saw es la otra aportación de Wright, y no es muy destacable. Es otra balada, sólo que con una melodía mucho más errática y vaga, y si bien cuenta con algunos efectos interesantes, se extiende demasiado para mi gusto.
El disco cierra con la despedida de Syd, Jugband Blues (aunque de blues no tiene nada). Es una composición increíblemente delirante, con una melodía confusa y unos bronces desarticulados que parecen sacados de un circo. Luego todo se va apagando con efectos extraños, y de la nada todo se corta para que sólo quede Syd con su guitarrita, que se despide con la maravillosa frase "And the sea isn't green / And I love the queen / And what exactly is a dream / And what exactly is a joke". La letra es su despedida, con guiños hacia su locura (And I'm wondering who could be writing this song[(i]) y una especie de agradecimiento hacia sus compañeros ([i]And I'm much obligued with you for making it clear that I'm not here). 
Y así termina el álbum. Irregular, pero con momentos disfrutables. Un 7+.



Parachutes (2000) - Coldplay


Puntuación: 8+

Mejor tema: Shiver o Everything's Not Lost

Tracklist
01. Don't Panic
02. Shiver
03. Spies
04. Sparks
05. Yellow
06. Trouble
07. Parachutes
08. High Speed
09. We Never Change
10. Everything's Not Lost



Tenemos aquí una banda muy polémica. Parachutes es el disco debut de Codlplay, banda que cuenta con muchos detractores. Hay gente que dice que Coldplay, sencillamente, no vale la pena, por el hecho de copiar el estilo del Radiohead temprano y edulcorarlo. Según esta gente, la música de Coldplay no es más que pop dulce y liviano con melodías pegadizas y arreglos poco novedosos. Yo, sin embargo, estoy bastante en desacuerdo con  esa postura. 
Por empezar, la idea de que Coldplay es una copia de Radiohead me parece una completa falacia. No soy sordo, y hay grandes influencias de una banda para con la otra, pero no son calcos como algunos afirman. Sí, Chris Martin canta igualito a Thom. Sí, riffs como el de Shiver o Yellow son bastante radioheadianos. Pero llevar esto al extremo de decir que Coldplay es una copia de Radiohead me parece muy exagerado. Además, tampoco es que las baladas noventeras de Radiohead eran originales y novedosas. Ese tipo de baladas suaves y placenteras no fue inventado por Radiohead, sino que se tocaron desde los inicios del rock mismo. Entonces, queda desestimada la idea de que Coldplay es una copia de Radiohead. Si bien hay algunas canciones parecidas, Coldplay posee un sonido mucho más pop y amigable, enfocándose más en las melodías y rockeando mucho menos que sus pares de Oxford. 

 Y con esto nos vamos a la otra crítica de la que es objeto la banda. Sí, Coldplay es puro pop. ¿Y qué? La gente que critica al pop también existe desde el inicio del rock mismo. El pop es un género como cualquiera, con exponentes malos y buenos. ¿O acaso está mal hacer melodías hermosas? No veo por qué nos debería molestar la liviandad del género. Tampoco es cuestión de estar todo el tiempo escuchando cosas complejas. Es como la lectura: uno no puede estar leyendo todo el tiempo libros filosóficos y pesados o ensayos intelectuales. También hace bien leer de vez en cuando alguna historieta, alguna tira de humor o alguna novela pasatista. El pop cumple ese rol. Y también se pueden hacer obras maestras pop, cómo no. Es sólo que para ello es necesaria una cuasi-perfección en materia compositiva, ya que mientras otros géneros pueden compensar alguna canción débil con el sonido general, la capacidad rockera, la complejidad o la atmósfera, el pop es más un tobogán placentero que, debido a su liviandad, raramente ofrece canciones brillantes y memorables que deslumbren y penetren en el alma. Por eso no hay tantas obras maestras del pop, ya que un grupo pop no se puede permitir un bajón compositivo, porque corre el riesgo de volverse monótono e intrascendente. Pero que existen obras maestras del pop, existen. 
Parachutes no es exactamente una obra maestra, pero sigue siendo un gran álbum, y mi favorito de la banda. En A Rush Of Blood To The Head evolucionarían, pero ya no tendrían la frescura inicial (además de que posee un considerable relleno), y sinceramente no escuché los discos posteriores, pero he leído que la sobreproducción continuó y mientras algunos detestan este sonido, otros proclaman a Viva La Vida como una obra maestra. Tendré que ir a los hechos y escucharlo yo mismo. 
Pero pasemos a hablar del disco. Y es aquí cuando me pregunto ¿qué tanto le molesta a la gente sobre Coldplay y Parachutes? Es simplemente un disco pop. Un gran disco pop, con melodías hermosas por doquier y arreglos sobrios y placenteros. Coldplay se distancia de bandas como Oasis, y eso me parece un gran punto a favor. El álbum es uniforme de principio a fin, pero los arreglos son sencillos y elegantes, y en vez de apostar a paredes uniformes de guitarras (lo fácil), Coldplay prefiere usar pianos exuberantes, sencillas guitarras acústicas, deliciosas guitarras jazzeras, guitarras distorsionadas. Sobre el final los arreglos se vuelven un poco predecibles, pero siguen siendo delicados y placenteros.
Entonces, Parachutes es un disco pop, con melodías preciosas y arreglos bellos. Nada más. En ningún momento pretende otra cosa. Si uno lo toma sin buscar una obra maestra, se sorprenderá con la indudable belleza del álbum.
El disco abre con la breve pero bella Don't Panic, que cuenta con sutiles punteos eléctricos, un ritmo jazzero y una melodía embriagadora que explota en ese perfecto "We live in a beautiful world". Simple, pero efectivo.
Luego llega uno de los mejores temas del álbum, llamado Shiver. De entrada ofrece un riff distorsionado que sí parece sacado de The Bends, pero después la canción se desliza, nuevamente, por deliciosos acordes de guitarra, una melodía hermosa y un estribillo en falsete que realmente saca lágrimas a mis ojos. Brillante.
A continuación llega la bonita Spies, que comienza con una silenciosa guitarra acústica y Chris susurrando una melodía enigmática. Pero luego llega el estribillo, con punteos eléctricos realmente atmosféricos y una melodía nuevamente majestuosa.
Sparks ya no es tan memorable, pero sigue siendo buena, con un riff de bajo bastante amenazante, un trasfondo pastoral de guitarras acústicas y otro estribillo en falsete precioso. 
Después viene el hit del álbum, Yellow. El riff de entrada es bastante genérico y muy radioheadiano, pero luego la canción vira con una melodía etérea, otro estribillo memorable y sutiles coros de fondo. Lo mejor es cuando Chris frena (You know I love you so...) y luego arremeten de nuevo las guitarras distorsionadas. No es de lo más brillante del disco, pero sigue siendo bueno.
Trouble introduce algo de variedad, a través de un piano realmente delicioso. Los versos son reposados y sutiles, pero el estribillo majestuoso se eleva cual ave fénix con una melodía realmente fantástica. 
Parachutes no es más que una guitarrita acústica con una melodía indecisa de Martin que termina antes de llegar al minuto.
Luego llega High Speed, con una introducción que recuerda a Ok Computer, gracias a esos efectos electrónicos voladores y a un ritmo de batería oscuro y genial. Los versos son nuevamente calmos, con una gran intervención de la guitarra eléctrica en cada pausa, y esta vez el estribillo no es tan memorable, pero sigue siendo bueno. 
El disco va llegando a su final con We Never Change, que no es tan trascendente y bien podría ser el momento más flojo del álbum. Se trata de otra canción con versos acústicos bastante aburridos y un estribillo que nuevamente cuenta con los sutiles acordes eléctricos y es lo más trascendente de la canción, gracias a una melodía bella. No obstante, sigue siendo relleno. 
Para el final quedó Everything's Not Lost, tal vez lo menos genérico del álbum. La melodía sigue siendo igual de etérea, pero la canción se destaca por tener un aire muy jazzero, con un estilo a la Frank Sinatra. El piano es exuberante y los acordes eléctricos siguen siendo preciosos, pero lo mejor llega a los 3:18. Chris canta una melodía, ¡ah!, ¡tan sublime! ¡Tan hermosa! La banda se le une en una coda realmente majestuosa, con los sutiles acordes de bajo y guitarra de fondo, acompañando el canto emotivo de la banda. Luego se agrega la batería, y la canción termina bajando la tensión para un final bellísimo. A los 5:40, luego de una larga pausa, aparece de la nada una viñeta acústica a la Parachutes que fue insertada no sé por qué, y bien puede ser considerada un hidden track. 
En fin, no desestimen esto y tómenlo como un simple disco pop. Se sorprenderán con la cantidad de melodías hermosas que encontrarán. Un 8+.



Odessey and oracle (1968) - The Zombies


Puntuación: 9

Mejor tema: A rose for Emily o Time of the season

Tracklist
01. Care of cell 44
02. A rose for Emily
03. Maybe after he's gone
04. Beechwood parck
05. Brief candles
06. Hung up on a dream
07. Changes
08. I want her she wants me
09. This will be our year
10. Butchers tale (western front 1914)
11. Friens of mine
12. Time to season


Un disco hermoso por donde se lo mire. Los Zombies pasaron injustamente inadvertidos en su tiempo, pero luego los fanáticos del rock en general fueron revalorizando a la banda, y sobre todo a este disco que estoy revisando, Odessey And Oracle. ¿Qué es lo que pueden encontrar aquí? Pop, pop y más pop. Si no les gusta ese género, más vale ni se acerquen a este disco, ¿ok?
Continuamos. En 1968 ya la psicodelia estaba en franco retroceso, y comenzaba una especie de "revival" del roots-rock. Los Zombies estaban por ahí metidos, olvidados y sin que nadie les prestara mucha atención, y sin que ellos tampoco prestaran mucha atención a los demás. Este grupo forma parte de los (pocos) grupos que hicieron pop durante la segunda etapa de los 60, como The Left Banke o, si se quiere, The Mamas And The Papas. Influencias de los Beatles y, sobre todo, de Pet Sounds y de los Beach Boys, basándose más en órganos y demás que en las guitarras eléctricas.
Pop genuino. Nada de pop/rock como los Beatles, ya que esto no tiene casi nada de rock. Las etiquetas de RYM dicen que esto es "Baroque pop" pero yo no lo veo tan así. The Left Banke, por ejemplo, sí podría serlo, con orquestaciones más evidentes, oboes, flautas y demás. Odessey And Oracle tiene influencias clásicas, más que nada en algunos coros y en los teclados, pero en ningún momento deja de sonar como una banda con bajo, teclados y batería. 
Sí, el teclado reemplazando a la guitarra. Sin contar la introducción acústica de Maybe After He's Gone, prácticamente no existen, y si lo hacen, no ofrecen de ninguna manera riffs, solos o algo que se les parezca. Tomen la guitarra de Beechwood Park y verán de lo que hablo: acordes suaves, reposados y gentiles. El único instrumento protagónico aquí es el teclado (piano, órgano, mellotron) de Rod Argent. Y vaya si lo hace bien. Los arreglos de pianos en este disco son la definición perfecta de belleza. Cada nota, cada sonido es una catarata de melodía, disfrute y placer. Los pianos de A Rose For Emily o Brief Candles, el órgano etéreo de Beechwood Park, el órgano psicodélico de Time Of The Season, la melodía de piano estremecedora y emotiva de Hung Up On A Dream. ¿Hace falta agregar algo más? Sumémosle la voz preciosa de Colin Blunstone y un puñado de los coros más excelsos, delicados y etéreos jamás grabados, y el resultado es apabullante. 
Todo aquí suena celestial. Es pop, sí. Es liviano...digamos que sí. Pero no es un pop común. Es pop con una enorme dosis extra de belleza, exuberancia y placer. 
Tampoco es que todo en este álbum es así, nada de eso. Tenemos algunas cosas africanas o tribales, canciones más beatle con vientos, algunos mesurados solos de psicodelia y hasta una épica oscura con acordeón. No es la obra maestra de la versatilidad pero tampoco es que cada pieza es una obra maestra del pop cantada por ángeles. 
Además, ¡a quién le importa la monotonía cuando las canciones son tan condenadamente buenas! Prácticamente todas las canciones poseen melodías brillantes. Todo esto puede abrumar y tornarse demasiado empalagoso, pero puedo afirmar sin lugar a dudas que esta es una obra maestra de puro pop. Genuino, romántico, pero por sobre todas las cosas, hermoso. 
El disco abre con Care Of Cell 44, una gema pop. Es liviana, sí, pero ¡ay! ¡Es tan irresistible! El sensacional riff de piano, el bajo sutil repitiéndolo entre verso y verso, las deliciosas orquestas florecientes y sobre todo, la melodía. Es buena en los versos, pero lo mejor es el estribillo. Por un momento los instrumentos se callan y escuchamos unos coros cantando "Mmm bom, mmm bom, mmm bom mmm mmm bom". Y sin que nadie nos avise, llega el arrebatador estribillo, iluminándonos con su luz celestial. "¡Feels so good you're coming home soon!". Brillante. La letra habla de una mujer que le escribe una carta a su amado encerrado en la cárcel, diciendo que dentro de poco se volverán a ver y todo será felicidad.
Pero aún más brillante es la canción que sigue, A Rose For Emily, una balada de piano tan hermosa, tan dulce, tan subyugante, que no puedo menos que llorar. El acompañamiento es minimalista, con tan sólo un piano, y sólo eso basta para hacernos llorar. La melodía que canta Colin es preciosa, y es de esas que parece que existieron siempre, que suenan casi obvias de lo hermosas que son. No obstante, nuevamente el estribillo se roba los flashes, con una entrada apabullante y magistral de los coros más etéreos que hayan sonado jamás. La letra es bastante cruel, ya que habla de una chica que posee un rosal y ve todo el tiempo cómo los amantes se llevan rosas unos a otros, y nadie le lleva a ella. El estribillo dice "Emily, can't you see / There's nothing you can do? /There's loving everywhere/ But none for you". Al final, Emily crece y muere, y nadie le lleva rosas tampoco a su tumba.
Para cortar con tanto romanticismo (lo dulce no quita la sed (?)) llega [bMaybe After He's Gone[/b]. Bah, en realidad sigue siendo pop, sólo que los versos de guitarra acústica con esos tambores solemnes pueden confundir un poco. A su favor la canción cuenta con otro estribillo perfecto y un puente melódico conmovedor y sublime, tan bello que no se puede describir con palabras (All the days and all the nights...). Imaginen un pichón aprendiendo a volar y posándose sobre una flor (ya sé que no es posible, pero bueno) en un amanecer despejado en el medio de un bosque patagónico. ¡Ahhh! Que ninguno de mis amigos lea esto porque perdería toda mi reputación...tampoco es que tenga una, pero igualmente sirve la idea. 
Beechwood Park introduce algo de variedad, con un riff sobrio y etéreo de bajo y órgano. La melodía y los coros son nuevamente preciosos, y el puente melódico de "Oh roads in my mind..." es nuevamente fantástico. La letra es hermosa, rememorando los antiguos veranos "dorados" en el Parque de Beechwood, donde "contaban las estrellas y dejaban que la brisa les bese el rostro".
A continuación viene otra apabullante catarata melódica con Brief Candles, que cuenta con un riff de piano subyugante y un estribillo que aparece de la nada y nos atropella con su excelsa melodía. 
Para terminar este perfecto lado A, tenemos Hung Up On A Dream. La melodía etérea de piano con la que comienza es realmente evocadora. Además, posee una sección media sencillamente brillante, con una guitarra eléctrica subyugante y orquestaciones épicas. Todo esto sin contar los coros, tan bellos como siempre. ¡Me estoy quedando sin adjetivos!
El lado B comienza con la peor canción del disco, Changes. Es algo monótona, y no tiene ningún gancho melódico atrapante (aunque tal vez esa especie de estribillo de "I knew her when summer was her crown" se pegue en tu mente). Sin embargo no es del todo mala, ya que las armonías vocales son bastante interesantes e introduce algo de variedad con su innegable influencia africana. ¡Además posee una flauta! ¿A quién no le gustan las flautas?
I Want Her She Wants Me tampoco es tan remarcable, es simplemente un número pop juguetón con una linda melodía y un puente algo más enérgico y arrebatador. Los coros, no obstante, elevan el nivel de la canción sustancialmente. 
Para recuperar el nivel brillante, nada mejor que This Will Be Our Year, la pieza más beatle de todo el disco, con unos vientos y un piano al estilo Penny Lane. La melodía es nuevamente sobrecogedora, los bronces son una novedosa y genial idea y el puente es nuevamente estremecedor (And I won't forget the way you held me up when I was down).
Después llega lo más extraño del disco, Butcher's Tale (Western Front 1914). Se trata de una pieza épica muy oscura y atípica para lo que venía siendo el álbum. El acompañamiento consta tan sólo de un ¡acordeón!, que escolta a Colin cantando de manera terrorífica y abrumadora. El estribillo es sensacional, ya que Colin sube el volumen y se pone a gritar de manera feroz "And I can't stop shaking / My hands won't stop shaking" para culminar todo en una súplica lamentosa (I want to go home / Please let me go home). La letra escapa a los poemas de amor, y se trata de un poema anti-bélico en donde el protagonista relata como el "predicador" (quizás un político) impulsó la masacre, pero él está seguro de que el sermoneador sí puede dormir a la noche porque no debe sentir los disparos. El estribillo es estremecedor, con el protagonista diciendo que sus manos, sus brazos y todo su cuerpo no puede dejar de temblar y estremecerse, y pide que lo lleven a casa.
Pero después viene Friends Of Mine y tira toda la atmósfera oscura a los suelos con la que tal vez sea la pieza más ingenua y tonta que jamás haya oído. Un pop irresistiblemente juvenil con una melodía tonta y pegadiza, una letra simplísima sobre parejas que se quieren y sobre cómo el narrador esta feliz de ver a sus amigos amándose. La sección final exclama "It feels so good to know two people so in love" y luego nombra a todas las parejas con nombres escolares. "Joyce and Terry / Paul and Molly / Liz and Brian / Joy and David / Kim and Maggie / June and Daffy / Jean and Jim / And Jim and Christine". ¿Hay algo más estúpidamente divertido que esto?
El disco no podía terminar así, por lo que los Zombies insertaron su único éxito, Time Of The Season, un tema sencillamente genial. Abre con un riff de bajo algo funky y unas exclamaciones guturales irresistibles que derivan en una sección más pop (To take you in the sun to promise lands). Todo desemboca en un estribillo celestial, con una masa coral atípica y hasta espantosamente preciosa (It's the time of the season for loving!). Para rematar todo, el tema cuenta con unos solos realmente psicodélicos y fumados de órgano que desvanecen la canción. Pasamos así por funk, pop, coros celestiales y psicodelia jazzera en tan sólo 3 minutos y medio. ¿Alguien dijo genio por ahí?
En fin. Si juzgara este disco sólo por sus canciones, se llevaría un 10 absoluto. No obstante, el hecho de su liviandad y de que se mantenga uniforme en ese aspecto, no me deja ponerle más que un 9. Pero es tan sólo una pizca: no escuchar esto jamás sería un serio error en la vida de cualquier mortal. ¿Ya dije que es hermoso? No importa, lo repito de nuevo: un disco hermoso, celestial y brillante. Una torta de chocolate en forma de álbum. Un 9-.