lunes, 15 de julio de 2013

América (2012) - La Perla Irregular


Puntuación: 10

Mejor tema: Exviento

Tracklist
1. El Aprendiz de Brujo
2. Nosotros Los Monos
3. Una Delicada Pizca de Horror
4. Guantes de Mimbre y Luz
5. Ella Te Ama (La Mujer Nueva)
6. Exviento
7. Carta Al Dolor
8. Un Gran Color
9. América
10. Más Que Amigos
11. Descanso Vs. El Amor de las Ninfas
12. El Trago Oculto
13. Dios Es Una Cámara
14. Rondó del Bello Divorcio
15. Me Gustaría

 Bueno, aquí me tienen de vuelta. Hace añares que no hago una reseña! En realidad menos de un año, pero bueno. En este tiempo tanto yo como Strauss estuvimos muy ocupados viviendo y no escribimos más. Él ya me dijo que no piensa volver a hacer reseñas nunca en su vida…bueno, no tan terminante, pero sí me dijo que no va a seguir escribiendo en el blog. Yo en cambio hace rato que extrañaba escribir sobre discos (porque cuentos sí he escrito en este tiempo, algún día abriré mi propio blog de cuentos y otras yerbas) y si no lo hacía era por pereza. Ahora al fin me decidí y siento que tengo que empezar todo de nuevo, antes me salían casi automáticamente y ahora tengo la mente bastante en blanco. Pero bueno, ya se me pasará. Espero poder volver a conseguir una cierta regularidad.
 Para este retorno elegí un disco que verdaderamente me motiva a escribir, y ese disco es América, el último lanzamiento de La Perla Irregular. Ustedes sabrán que siempre seguí a esta muy buena banda local, y hasta compartieron mis reseñas en su Facebook, lo cual me enorgulleció mucho. Bueno, a su disco nuevo no le di bola por bastante tiempo, pero finalmente me decidí y me puse a escucharlo concienzudamente. Es un disco largo, difícil, pero a medida que lo iba reescuchando iba encontrando nuevas cosas y me iba gustando cada vez más. En eso los fui a ver a Rosario (soy de Santa Fe) y dieron un muy buen recital. A esa altura ya me sabía todas las letras, y me gustaba tanto como los discos anteriores, así que me llevé una gran decepción cuando vi que no tenían el disco a la venta. Luego me enteré de que estaba agotado, así que esperaré alguna reedición o lo conseguiré de otra forma. En fin, en las últimas semanas seguí escuchándolo, ya sin parar, y me fue gustando más y más hasta que me di cuenta de que es una verdadera obra maestra. Me parece perfecto que se haya agotado, porque se lo merece. Siempre habían sacado buenos discos, pero creo que América es la confirmación de que se destacan por sobre el resto, y realmente creo que está entre las grandes obras del rock nacional.
 ¿Qué es lo que lo hace tan bueno? Vamos por partes. Primero que nada, es un disco largo. Largo y complejo. Luego del trampolín que había sido Rafael, la Perla se lanza definitivamente con una obra ambiciosa, variada, inabarcable. En esto marca la diferencia con los discos anteriores, que si bien eran grandes obras pop, no dejaban de ser eso, una serie de muy buenas canciones. Esto es otra cosa. Es una obra semi-conceptual, extensa, diversa y riquísima en todo sentido. Pablo Vidal se pone ambicioso y compone quince canciones con letras extrañas y arreglos cuasi barrocos.
Las canciones en sí suelen ser multipartes, y ese es otro factor importante. Uno nunca se aburre, porque siempre está asistiendo a nuevos giros, cambios inconcebibles, silencios repentinos y mutaciones. Por todos lados están pasando cosas, aparece una melodía pop por acá, después da paso a una trompeta, de la nada sale una orquesta, y así sucesivamente. Sin embargo, no suena para nada forzado. Eso es lo que me asombra. Las melodías se van sucediendo, los climas van cambiando, y todo esto sucede con una fluidez extrema. Todo se une perfectamente y sin fisuras.
 Los arreglos también juegan un gran papel. Preciosistas, llenan el espectro sonoro sin dejar ningún resquicio librado al azar. Una hermosísima orquesta de cuerdas entera, trompetas, trombones, saxos, flautas y hasta un corno francés, que enriquecen cada canción hasta la médula. Además, quiero destacar lo bien usado que está el silencio. En esta vida moderna solemos tener poca paciencia, y en América se nos invita a calmarnos con lapsos silenciosos que aparecen a lo largo del disco y que se convierten en un recurso más. Si a esto le sumamos unas letras inconexas, que a veces hasta dejan sin terminar las palabras, parece que estamos hablando de un disco de rock progresivo. Y la verdad es que sigue siendo un disco pop.
 Y eso es lo que termina de conjugar su genialidad. Pablo sigue haciendo melodías hermosas, inolvidables, frescas. Cada canción podría ser un hit si se lo propusiera, ya que siguen siendo pop, geniales piezas de pop. Es el pop llevado a su máximo refinamiento, a su pico artístico, a su cumbre creativa. Por si todo esto fuera poco, no hay relleno. O bien, lo hay, pero son canciones que cumplen perfectamente su papel y casi son igual de perfectas que las mejores. Y no se asusten, porque éstas canciones que nombro son apenas un par. El disco se mantiene en una calidad uniforme a lo largo de más de una hora, bien secuenciado, y termina dejándonos la sensación de que un clásico pasó ante nuestros oídos. No es para menos. El continente americano no podría haber tenido un homenaje mejor. La tapa sintetiza lo genial del disco. La riqueza y el color del continente están perfectamente expresados en la hora y pico de música de esta obra maestra placentera, diversa. Opípara.
 Pasemos a los temas. El disco empieza ya de entrada con una canción en pleno desarrollo, sin ningún tipo de introducción o algo que se parezca a un comienzo de disco, lo cual siempre me pareció muy extraño. Se trata de El Aprendiz De Brujo, una buena canción que cumple perfectamente su rol inaugural y nos da un pantallazo general del sonido que predominará en el álbum, a través de una melodía vertiginosa y atractiva, subrepticias líneas de guitarra y geniales acompañamientos de vientos, sin olvidar la emotiva mini-sección de “Pues ya mi guía / Me abandonó”. Quiero resaltar la línea de trompeta del 1:02, tan genial y tan parecida a la entrada de un rey. La letra es interesante, rara como todas las del disco, supongo que habla de la llegada de los españoles al continente. De todas formas, no creo que se hayan propuesto un sentido para las letras, sino simplemente buscaron que sonaran bien (lo cual está perfecto).
 Luego el destino nos regala una preciosa pieza pop llamada Nosotros Los Monos, con una melodía hermosa que va subiendo y bajando de tono hasta desembocar en ese glorioso crescendo de “dí-as-co-mo-hoy-me-sien-to-ma-a-a-a-a-a-a-a-al!” que lleva al estribillo, con otra melodía memorable. Pasamos luego por un pequeño intermezzo de quietud y misterio para volver al estribillo, que con la brillante participación de una trompeta se torna realmente emotivo. Genial canción. La letra incluye extrañezas como una enumeración spinetteana ("risas, cosa, mente, sol, diván…") y una gran frase como "Díganle que esta sociedad tiende a reprimir la pasión" cantada con gran energía. 
 A continuación viene Una Delicada Pizca de Horror, una canción que comienza de manera oscura con guitarras reptantes, teclados arabescos y hasta los zumbidos de Tomorrow Never Knows, y luego en el estribillo muta a otra melodía genial, tan juvenil, tan irreverente. Otro tema perfecto.
 El comienzo pop del álbum continúa con la adorable Guantes De Mimbre Y Luz (qué buenos títulos). Como anunció Pablo en el recital, es una pieza para bailar de a dos, con otra melodía hermosa esta vez desarrollada de modo más lineal, repleta de falsetes encantadores y “chururupapa-chururuchururirau” sesenteros por doquier. La letra ayuda al clima de baile de pueblo, con una frase que me encanta como "El día es triste, OK, la noche es audaz"
 De golpe empieza la canción más larga del disco. Se trata de Ella Te Ama (La Mujer Nueva), una suite de 8 minutos que cuenta con dos secciones definidas que se van alternando. Comienza como un blues tradicional, misterioso, de una letra oscura, que luego se transforma en otra melodía pop, esta vez más repetitiva. Esto se repite otra vez, con coros y vientos que empiezan a agregarse. Luego llega la tercera repetición, pero esta vez la sección de blues es sólo instrumental, con un medido pero eficaz solo de guitarra, y cuando parece que todo va a acabar, vuelve en una estampida la misma melodía pop, que se extiende y termina inundándose en un mar de cuerdas y vientos. Me parece un buen tema, pero la parte pop no termina de convencerme. No obstante, demuestra lo que hablaba de los silencios, que aparecen emparchando cada parte. La letra, por su parte, es bastante desesperanzada, casi una súplica.
 A continuación viene la canción más corta, y creo que también mi favorita, llamada simplemente Exviento. Comienza como una balada hermosa, cantada de gran forma por Pablo, y luego llega la parte del medio, que es de lo más emotivo que me tocó conocer. Vidal canta “Me besas / me atrapas / me das vida y luego / me matas / Pero me esperas / me libras / me libraa-as!” (qué letra tan buena), y los vientos generan un clímax estremecedor, que luego se resuelve en un sencillo, campestre, matinal y precioso solo de guitarra. La canción termina con el mismo piano de la primera parte, que cierra de modo brillante el círculo. Es increíble lo mucho que se puede lograr en dos minutos. Una canción que trae lágrimas a mis ojos.
 La sección media del disco nos trae Carta Al Dolor, una especie de balada algo rápida con arreglos de otro mundo y una melodía excepcional que de la nada nos brinda otro estribillo estremecedor. De todas formas, lo mejor del tema es ese solo de corno francés que aparece en el medio, inesperado y maravilloso. Sobre el final aparecen las guitarras pop características de la Perla, con ese sonido inconfundible, que dan paso a la coda.
 Un Gran Color es el rock del disco. Al principio no me gustaba, pero en Rosario fue el tema que mejor sonó, y terminé valorándolo como cualquier otro. Combina un riff sucio y poderoso con una sección lenta y emotiva en el medio, casi un vals. Es increíble como dos cosas tan opuestas pueden darse de manera tan poco forzada y llevarse tan bien. Al final, cuando Pablo canta “Serás tu la inmensidad”, rodeado de cuerdas y vientos, es imposible no admirar su genialidad, que hasta nos tenía reservados un último ataque rockero antes de concluir la canción.
 Llegamos así al tema central del disco, América. Es otro tema excelente, que relata la tortuosa historia de nuestro continente rodeada de un estribillo poderoso y omnipotente. Cuando parece que todo termina en un genial clímax (Dulce amiga la vida / Se nos va), nos vemos derivados a la segunda parte de la canción, que consiste en un riff genial, memorable, cinematográfico, que es repetido incesantemente mientras se agregan instrumentos. Luego se apaga, pero aparece otro silencio que desemboca en la repetición del estribillo y allí sí concluye este pomposo y brillante track. La letra expresa toda la nitidez del continente americano, con esmeraldas, serpientes, vides, fresas, y mientras tanto la vida que se nos va.
 Más Que Amigos es la pieza más amigable del disco. Se trata de una cancioncita inofensiva, divertida, encantadora, con una guitarra playera, una melodía tierna y una letra que relata de manera brillante lo simple del título.
 Luego viene la parte experimental del CD, con Descanso Vs. El Amor De Las Ninfas. Se trata de un teclado pantanoso, de videojuego, que repite la melodía de Descanso, el último tema de Rafael, matizado con un piano dramático.
 Este oscuro experimento nos deriva a El Trago Oculto, una especie de reprise de Carta Al Dolor que sobre la marcha inventa otra melodía genial que encastra tan perfectamente con la anterior (que, recordemos, era de otra canción) que no puedo dar crédito a mis oídos.
 Vamos llegando al final del disco, y lo hacemos con otra pieza larga y oscura como Dios Es Una Cámara. Es la canción más dramática y sombría del disco, con un piano de película de los años 20 y un estribillo que parece tomar vuelo pero no lo hace, y da paso a una corta y extraña sección instrumental con un oscurísimo riff. Después el estribillo toma vuelo al fin, dotado de una gran emotividad, y los últimos dos minutos vuelven a la sección instrumental, brillante, con zumbidos electrónicos por todas partes, guitarras distorsionadas, teclados, y en el medio de la marejada el brillante riff. El final se me asemeja a alguna parte de Pequeñas Anécdotas Sobre Las Instituciones, no recuerdo cuál. Me fascina particularmente el ¿chelo? que aparece en el minuto 1:03. La letra me parece una completa mezcla inclasificable, pero la frase "te asustaría verte en construcción" me parece brillante.
 La penúltima canción del disco se llama Rondó Del Bello Divorcio, una lenta balada que repite la misma encantadora melodía en una especie de mantra interminable que se corta en el medio para ofrecer un clímax conmovedor que sólo permite que vuelva la misma melodía de antes con mucha más fuerza. La canción se desvanece así, repitiéndose, volátil y etérea, y termina siendo mucho más hermosa de lo que uno pensaba. La letra habla del amor, y no hay mucho más para decir, salvo que suena preciosa.
 Y cuando ya nadie lo esperaba, en el último tema aparece una guitarra acústica. La canción elegida para despedirnos es Me Gustaría, otra melodía preciosa con arreglos mucho más sobrios que realzan su belleza y una típica letra de desamor. ¡Escuchen esa armónica! Podría llegar a atragantarme con tanta hermosura. A la mitad, Pablo se frena para decir “Y le / Canté / ah ahhhhh!”, y da comienzo a la extensa y bella coda que concluye el disco, llena de vientos, cuerdas, guitarras, armónica, una batería marcial, y entre todo eso el “la la la la la” de Vidal realzándose como la voz de un niño entre la marea. Y así, casi sin darnos cuenta, vemos que terminó el disco.
 En fin. Espero que estas palabras los animen a escuchar el disco. Se lo merece. Pablo Vidal solito compuso estas 15 gemas, y según mi punto de vista eso ya lo habilita a ocupar el puesto de genio. Me alegra mucho que el under argentino tenga bandas como éstas. Escúchenlos, difúndanlos, disfrútenlos. Yo, escuchando este disco, soy feliz. Muy feliz. Espero que a ustedes les pase lo mismo. Un 10-.