martes, 21 de agosto de 2012

Whatever People Say I Am, That's What I'm Not (2006) - Arctic Monkeys





Mejor tema: I Bet You Look Good On The Dancefloor o Perhaps Vampires Is A Bit Strong But...

Tracklist
1. The View From the Afternoon
2. I Bet You Look Good on the Dancefloor
3. Fake Tales of San Francisco
4. Dancing Shoes
5. You Probably Couldn't See for the Lights but You Were Staring Straight At Me
6. Still Take You Home
7. Riot Van
8. Red Light Indicates Doors Are Secured
9. Mardy Bum
10. Perhaps Vampires Is a Bit Strong But..
11. When the Sun Goes Down
12. From the Ritz to the Rubble
13. A Certain Romance


 Me llegó el momento de hablar de los Arctic Monkeys. Este disco, su debut, salió en 2006, y fue una explosión total. En esa época, había millones de jóvenes sedientos de rock -tan sólo eso-. El garage rock había tenido un cierto resurgimiento a principios de década, con bandas como los White Stripes o los Strokes, pero luego estas bandas habían decaído y habían dejado a todos estos adolescentes sin nada qué escuchar más que grupos de pop-punk como Green Day o Blink 182, si es que no querían irse a terrenos más progresivos. 
 Entonces de la nada salieron estos cuatro pendejos con las únicas intenciones de rockear y tocar su música, y de la noche a la mañana tuvieron miles de fans y recibieron lisonjeos desmedidos por parte de la crítica, convirtiendo este debut en uno de los más vendidos de toda la historia. Tal vez fueron tocados por una varita mágica, ya que quizás había miles de bandas under con las mismas ganas de rockear y la misma convicción, pero creo que los Arctic Monkeys tenían algo que los distinguía. 
 Porque, al fin y al cabo, este debut no es nada nuevo. El estilo es ciertamente poco original: es tan sólo un homenaje al garage rock, con riffs furiosos, vocalización monocorde, guitarras distorsionadas por doquier y un sonido sucio y juvenil. Podrá parecer una fórmula simple: los instrumentos básicos, rockers acelerados con actitud indie, y tenemos un éxito garantizado. Quizás alguien piense así viendo sus primeras presentaciones en vivo: la banda tocando todo igual, todo rápido, indiferentes y concentrados, con Alex taladrando las letras en una campera con capucha. 
 Pero la verdad es que son unos chicos muy talentosos. Quiero decir, los tipos rockean verdaderamente, con convicción, con fuerza, con alma, proporcionando una música desprejuiciada y muy divertida. Algunos tal vez digan que esto no es nada nuevo, pero no importa: los Monkeys lo adaptan y consiguen que siga resultando aún en el nuevo milenio. Es que tocan realmente bien, y hacen lo que tienen que hacer. Enfocados en su música, no se pierden en divagaciones: canciones de dos o tres minutos, con riffs directos, melodías pegadizas y barridos de distorsión. 
 Además, tienen un estilo muy reconocible, insolente y rockero, mezcla de ska y rock pesado con melodías pop. Porque es cierto que los Arctic Monkeys rockean, pero también es cierto que sus canciones son verdaderamente buenas, con buenas melodías que garantizan pura diversión pop si uno se lo propone. El mismo estilo se repite uniformemente a lo largo del disco, pero eso no lo hace monótono, porque cuando un disco trata de rockear así, es mejor no dar treguas. No obstante, la banda se da tiempo para un par de temas pop y otro par de baladas más tranquilitas, que aplacan definitivamente la monotonía. 
 El baterista, Matt Holders, es realmente fenomenal, y toca como un desquiciado, despedazando a la batería y llevándola al límite de brutalidad. El bajista, Andy Nicholson, es bueno también, y el guitarrista Jamie Cook, si bien no es la graaaan cosa, toca realmente bien, logrando riffs sencillos y a la vez pegadores y con algunos solos de gran calidad, sin contar los típicos ataques distorsionados que aparecen en casi todos los temas. 
 Pero el que se roba todos los flashes es Alex Turner, el vocalista, quien quizás es el tipo más cool de todo el planeta. No hay otra palabra para describirlo: su apariencia es cool, sus letras son cool, su voz es cool y su acento es cool (Actualización a 2016: hoy en día se está esforzando tanto por parecer aún más cool, que dejó de ser cool). En realidad no canta, sino que habla, en un tono monocorde, descarado y acelerado, metiendo diez mil palabras por estrofa sin que uno sepa cómo hizo para que quepan todas. Realmente no me imagino este disco cantado por otra persona más que por la sucia y perfecta voz de Alex. 
 Todo en conjunto conforman una banda muy ajustada, enfocada en lo que tiene que hacer. Así, el disco se configura como una gran experiencia que sacia todas las ansias de rock de la audiencia, con un plus de jovialidad brillante. Es uno de los discos más adolescentes que escuché, con un aire juvenil presente a lo largo de todo el disco. Ya en el disco siguiente madurarían y perderían algo de esta frescura, por lo que este álbum es el único vestigio de esos Arctics descarados y pendejos de los que vengo hablando. Eso sí, hay veces que se pasan con la distorsión, algo típico en este tipo de bandas, pero en fin, es sólo un detalle. Seguramente Whatever People Say I Am, That's What I'm Not te ofrecerá un gran momento de diversión despreocupada, esos momentos donde todo te chupa un huevo y querés quemarte la cabeza con guitarras y guitarras y más guitarras. Es realmente un álbum para escuchar en vivo y hacer pogo en todos los temas. 
 Vamos a las canciones. El disco empieza con un riff mastodóntico y una batería brutal, con la distorsión presente desde el segundo cero del disco. Se trata de The View Of The Afternoon, que es en esencia una pieza pop, pero la banda se las ingenia para hacernos creer que se trata de algo mucho más rockero. La melodía saltarina, los brillantes riffs de guitarra, los intervalos potentísimos de distorsión, la manera en que la guitarra acompaña en las estrofas, el truco de sumar la batería más tarde y el bajo aún más tarde, el estribillo tan, pero tan pegadizo, el falso final tan genial, en el cual vuelven a repetir el truco de ir agregando todos los instrumentos de a poco, la letra nocturna, todo configura una perfecta introducción al disco. 
 Luego llega uno de los mejores temas, el hit I Bet You Look Good On The Dancefloor. Siempre pensé que estos temas son muy bailables. Fíjense esa línea de guitarra tan brillante que aparece al segundo 20. ¿No se les mueve la cabeza por su propia cuenta? El tema en sí es perfecto, ya que combina unas estrofas alegres y una melodía genial con un estribillo devastador en el que la batería y las guitarras atropellan todo de manera furiosa, sin olvidar la maravillosa performance de Alex (And your shoulders are frozen...). La letra habla nuevamente de un romance de boliche, en el que "encender la mecha" puede llevar a una "explosión".
 Completando este trío llega Fake Tales Of San Francisco, una canción algo más sosegada, con un riff excelente de guitarra, una brillante interacción entre los instrumentos y un estribillo memorable. Luego de un fraseo genial de Alex (Yeah but his bird thinks it's amazing, though / So all that's left / Is the proof that love's not only blind but deaf) llega el consabido ataque de distorsión, y todo concluye en un final apoteósico con la banda gritando a más no poder. La letra esta vez habla de los típicos bares nocturnos con bandas de rock cool con "sombreros y copas de vino blanco".
 Después viene Dancing Shoes, un tema más promedio. El comienzo, con ese bajo saltarín, puede sonar algo chabacano, pero luego la guitarra lo repite en las estrofas y no se puede no bailarlo, sin contar el buen solo de guitarra y esa sensacional frase de Alex, con ese acento de Sheffield tan sensual: "Get on your dancingggg shoooes / You sexy little swiiine". ¿Se puede ser más cool? Creo que me enamoré. 
 You Probably Couldn't See For The Lights But You Were Staring Straight At Me (qué manía con esto de los títulos) es una pieza pop de mero relleno, que no obstante cuenta con un gran riff y una muy buena actuación de la guitarra, que aparece y desaparece en destellos a lo largo del tema. 
 A continuación tenemos una pieza definitivamente hard con Still Take You Home, que tiene un riff demencial y salvaje de guitarra, una actuación descomunal de Alex, que sinceramente la descose en el micrófono, un estribillo directo y extremadamente furioso, y una parte media en donde todo parece tranquilizarse con unos coros casi paródicos, hasta que reaparece el riff principal y nos arroja a los abismos del rock más potente. La letra es muy buena, hablando de un viejo amor al que Alex odia pero a la vez no puede olvidar, con una frase perfecta como "No puedo ver a través de tu autobronceante".
 En el medio del disco tenemos a Riot Van, la única canción tranquila y casi acústica del disco. Se trata realmente de un muy buen tema, con una voz lamentosa y depresiva de Alex, una melodía también melancólica y un solo simplísimo y muy efectivo de guitarra. La letra es muy típica, de rebeldía juvenil, con unos adolescentes que se enfrentan a la policía. 
 Red Light Indicates Doors Are Secured abre con un riff muy amigable, y se desliza por una letra nuevamente nocturna, una melodía pop bastante buena, un solo distorsionado y rockero de guitarra y un final con Alex escupiendo el título de la canción que es imposible no cantar.
 Después tenemos la pieza más pop del álbum, llamada Mardy Bum, que es casi un trailer de Fluorescent Adolescent. Es una canción genial, con un riff brillante, una melodía preciosa y un estribillo realmente genial. El barrido de distorsión esta vez me parece algo fuera de lugar, pero luego llega un solo fantástico de guitarra para redimir todo. Ah, y préstenle atención al redoble de batería de Matt en el minuto 1:13. ¡Lo amo!
 Después tenemos otro de los mejores temas del disco. Se trata de Perhaps Vampires Is A Bit Strong But..., un rock muy garage, voraz y apocalíptico, con Alex cantando casi desde un megáfono, escupiendo y maldiciendo con una rabia salvaje, la guitarra más furiosa que nunca y el estribillo asesino con ese duelo entre Alex y la batería en el que no sé a cuál temerle más. Pero lo mejor viene pasados los dos minutos: de pronto todo se calla y tansólo queda Matt, en un ritmo demencial y frenético de bongoés al que se le van agregando el bajo subrepticio y filoso de Andy con una distorsión macabra en la guitarra de Cook. Parece que todo termina, pero se escucha un grito salvaje desde bien atrás que anuncia "Cause all you people are vampires!!!", y nos vemos nuevamente en un torbellino rockero con el mejor solo de guitarra de todo el disco. Un temazo, sin dudas. La letra también es sensacional, ya que Alex se cansa de todas las historias de boliche y hace toda una diatriba en contra de alguien. No sabemos bien a quién está dedicada, pero se nota que Alex está realmente furioso y no se cansa de dar palos, insultar y hasta humillar a estos "vampiros cuyas historias son todas robadas".
 Para calmarnos un poquito llega When The Sun Goes Down, una apacible balada pastoral con una linda guitarrita que...¡esperen! ¿Qué pasó? De pronto Alex exclama "I said he's a scumbag don't you know", y aparecen unos trallazos distorsionados que anteceden a un riff furioso de guitarra. La voz de Alex cambió, y ahora nos grita furiosamente que estamos "tratando de no escucharlo" mientras nos vemos arrastrados por una melodía arrolladora y un estribillo que destruye todas las paredes de nuestra pieza, hasta que al final todo se vuelve a calmar y termina como había empezado. La letra (creo) que habla de prostitución, aunque es bastante ambigua.
 Ya llegando al final, nos vemos honrados con la presencia de From The Ritz To The Rubble, una canción sucia y desaliñada con una voz de Alex más hablada que nunca y un estribillo nuevamente demoledor en el que las guitarras aparecen en todo su esplendor distorsionado, aunque tal vez al final se haga un toque excesiva.
 Y para terminar tenemos una balada, A Certain Romance. Comienza con una batería marchando obsesivamente y una guitarra igual de distorsionada que siempre, pero cuando parecía que todo iba a estallar, se desvanece en uno de los riffs más dulces y evocadores que haya oído. La canción en sí es una delicia, con una melodía muy hermosa y un estribillo en el que la intensidad crece hasta sacarnos algunas lágrimas. Ya sobre el final, la banda intenta arremeter con un nuevo ataque de distorsión, que a mi gusto está desubicado y termina extendiendo innecesariamente una hermosa canción. De todas formas sigue siendo un final brillante. Además, la letra es una de las mejores del disco, con Alex riéndose de una subtribu urbana inglesa, los "chavs", a los cuales puedo ver que todo el mundo odia. Así, se burla de sus zapatillas Converse, de su manía de seguir la moda, de su frivolidad musical (sólo se interesan por los ringtones) y dice que sus mentes están completamente cerradas. No obstante, también les da lástima en cierto modo, ya que dice que tiene amigos metidos ahí, y no puede enojarse de la misma manera.
Así termina este gran disco. Lo recomiendo para cuando quieras volver a sentirte joven, y liberarte de las ataduras que a veces impone el "buen gusto". 


sábado, 18 de agosto de 2012

Color Humano II (1974) - Color Humano


Puntuación: 9-

Mejor tema: Humanoides

Tracklist
01. Sangre de sol
02. La tierra del gitano
03. Pascual tal cual
04. Humanoides
05. Va a salir un lugar
06. Un blues para Adelina


  Si somos detallistas, la música de Color humano no sufre un cambio demasiado grande. En realidad, esta transformación es sustancial. Pero ¿no son acaso esos cambios pequeños pero importantes los que terminan por transformar la estructura final de una obra? Yo creo que sí.
  Este cambio en el grupo se da, más o menos, por dos factores: una búsqueda de una música más compleja y desarrollada, y un cambio en la formación del grupo. Rafanelli y Molinari siguen firmes como bajista y guitarrista, pero David Lebón, que era el anterior baterista del grupo, se retira para formar parte de Pescado Rabioso. Oscar Moro lo termina remplazando, y para bien. ¡Dios, que baterías se escuchan en este disco! Si algo le hacía falta a la potencia que ya tenía Color humano, era una batería zeppeliana, de esas que revientan los redoblantes y de esas que Moro sabe tocar a la perfección.
 Para los que quieren saber cuál es el estilo de Color humano, les puedo decir que es una mezcla del blues de Hendrix con el rock psicodélico antiguo y un poco de rock progresivo, todo procesado por las mentes del trío (sobre todo la de Edelmiro, el principal compositor del grupo).

  ¿Vieron que les dije? El disco empieza con Sangre de sol, y con esas percusiones y esos riffs ya nos empieza a encantar. Mientras todo el grupo toca un sólido acompañamiento, Edelmiro canta una melodía lenta y arrastrada. El cambio de matiz que tiene cerca del medio es uno de esos condimentos que hacen a los temas mejores.
  El suave blues La tierra del gitano, con esos platillos livianos, el punteo de Edelmiro y las melodías extrañas pero hermosas, es definitivamente un highlight. El solo tranquilo del medio es muy bueno, y la última parte en que se levanta poderosamente todo el grupo termina de determinar este tema como destacado.
  Pascual tal cual es sencillamente brillante. Está cargado de riffs increíbles, junto con una batería impecable y una melodía con un excelente y peculiar estilo. El solo también es enviciante, y se escucha encima del gran ostinato que se repite a través de la canción. Como casi toda obra realmente elaborada, este tema tiene un intermedio lento con nuevas estrofas cantadas a las que les sigue un riff impresionante.
  Humanoides es muy probablemente uno de los mejores temas del disco. Al principio, empieza con una melodía alienígena o fantasmal, que parece sacada de esos programas televisivos en donde lo único que hacen es enfocar distintas partes de una casa con vista nocturna así parece que realmente algo raro pasa. Cuando termina la primera parte, viene uno de los mejores solos que escuche de Color humano, con una guitarra lisérgica y agonizante que a veces me hacer acordar a las épocas psicodélicas del rock. Después de eso, el tema cambia mucho y se escuchan riffs y punteos en donde el grupo luce su nivel de interpretación. Excelente.
  El tema más largo viene después. Se trata de Va a salir un lugar, que si bien tiene melodías muy buenas y partes instrumentales excelentes, se termina haciendo aburrido. Sobre todo cuando se escucha ese largo y repetitivo punteo de bajo. Después de este extenso intermedio de Rafanelli, el tema se pone más entretenido gracias al perfecto acompañamiento de Moro, que se luce como nadie improvisando sin parar. Como para cerrar el tema, se repite la estrofa del principio y se escucha Un blues para Adelina, el único blues (valga la redundancia) puro del disco. Se escucha esa guitarra sentimental, aquel bajo bohemio típico del estilo y esas melodías urbanas y calmas. Aquí, Color humano nos muestra que además de poder hacer ese blues lleno de complejidades y volteretas, conoce las raíces de su música.

  Las letras de Color humano II son más o menos iguales a la del disco debut del grupo. Si bien se observa una maduración, hay que esperar a Color humano III para hablar de un cambio poético bastante grande.